jueves, 7 de junio de 2012

El cuento de terror.
El espectro monstruoso.
Me encuentro en un lugar lejano: un río sangriento, un olor putrefacto. Penumbra total. Estoy muy asustado, mi cuerpo se entumece, mi vista se nubla, siento un extraño  ruido, un ruido de muerte. Camino por un cementerio sin rumbo, sin fin. El sendero es oscuro; la espera, incierta; la inquietud me abruma. Me desespero, busco ayuda inútilmente, logro perderme más. Es un paisaje desierto y sombrío, con árboles secos y quemados; y sin un alma.
De repente, una sensación me consume, siento la presencia de un ser maligno, un ser inhumano. En el vacío de la oscuridad distingo una calavera, una ooz  y una penetrante mirada roja. En ese momento me doy cuenta: me encuentro con la muerte, nada puedo hacer ya, mi destino está marcado. Giro hacia atrás para observarlo mejor, y acá se encuentra, sentado en un tronco debajo de un árbol, esperando.  Aguardando mi caída, entre las sombras, mirándome con su vista fija en mí. Entonces le pregunto:
 “¿Que quieres de mí?” el silencio me responde
“¿Quieres matarme acaso?”, insisto.
Tal vez…
Mi cuerpo se entumece, no me puedo mover, siento que mi corazón se detiene. De repente, parpadea y dice:
lo curioso de la vida es que nunca sabes cuándo acabará…
Me despierto en mi casa, ya no se siente ningún hedor, estoy todo transpirado y agitado. Me relajo, estoy a punto de dormirme cuando siento un leve murmullo:
No te duermas, te sigo observando…